LOS SIETE PECADOS CAPITALES DEL AJEDRECISTA
1- Superficialidad:
Un análisis frívolo es muy peligroso, no está acorde con la esencia misma del
Ajedrez y se puede pagar muy caro.
2- Voracidad:
La glotonería ajedrecística engendra el peligro de morir envenenado. Recuerden
el peón de b2; la voracidad es muy riesgosa sobre todo cuando es superior al
análisis profundo.
3- Pusilanimidad:
El ser vacilante ante el análisis de determinada posición es peligroso teniendo
en cuenta que dicha posición no volverá a repetirse y por lo tanto se debe
aprovechar el momento preciso para jugar sin vacilación.
4- Inconsecuencia:
Uno de los Pecados más peligrosos. Hay que ser consecuente con el plan
estratégico concebido; ser inconsecuente con la ejecución de una idea puede
llevar a la derrota.
5- Dilapidar
el tiempo: Pecado realmente grave que no sólo se cumple en el Ajedrez.
El factor tiempo en las tres fases de la partida es tan importante como el
tiempo de pensar. Desaprovecharlo y derrocharlo constituye un acto suicida
tanto en el Ajedrez como en la vida.
6- Bloqueo:
Hay que ser muy cuidadoso con el Bloqueo. Su ejecución provoca a veces una
pasividad extrema donde la armonía de nuestras piezas cede terreno a una fatal
inactividad.
7- Exceso
de amor a la paz: Este Pecado es el Antiajedrez. El Ajedrez es
Lucha -Lasker. Temor a arriesgarse y preferir la extrema tranquilidad es un
germen de la derrota.